miércoles, 7 de mayo de 2008

El sol y la lluvia están jugando...


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EL SOL Y LA LLUVIA ESTÁN JUGANDO

¿Dónde tengo que ir?
¿Qué se supone que se debe hacer
para lograr ser feliz?
¿Cuál es la salida?
¿Cuál es la entrada a una vida normal?
No bastan los desaciertos para aprender,
peor aún los aciertos para motivar

No se consigue nada ó casi nada.
no se puede ver nada a través del cristal;
todo es neblina, todo es complicado,
no se puede canalizar la energía;
pues sólo hay vacío por dentro.
Los sueños ya no tienen espacio,
por tanto desaliento que corre por las venas.
Ya el cerebro ha expulsado a la imaginación
y una vieja ha venido a quedarse en la morada:
La vieja sabia e inmortal,
aquélla que recibe el nombre de muerte

Sólo pienso en ella,
como cuando se consigue un nuevo amor;
ella se desenvuelve cual hada oscura,
marchitando lo poco que queda
de la vivacidad de mi débil espíritu,
al cual sólo lo ilumina la música,
sólo lo reanima el calor de la poesía,
que es mi Madre, mi protectora fiel

Gracias a ella sigo viviendo,
gracias a que los duendes blancos
engañan a veces al hada oscura
que tiene tetras magníficas;
las dos partes son sabias y
el día en que una de ellas gane
será el día que me muera
o el día que esté realizada
con las cosas simples
que anida un espíritu sutil

Se tiene mucha impaciencia,
se expresan demasiadas cosas,
se vive en un mundo de millones de colores,
cuando sólo es el color del hada
el que verdaderamente mora por dentro…
Las auras cada día se desvanecen más y más,
pues ya se están cansando de tanta melancolía

El cuerpo físico está adoptando
una nueva forma, más carnal y más material,
o sea, está redundando dentro de sí mismo:
¿qué espera el hada entonces para tocarme con su vara?
Si ya todo se hace imposible,
si ya nada parece nuevo,
si ya todo es rutinario,
si ya nada asombra a los ojos,
si ya nada espanta al alma;
si ya nada mueve al corazón,
si ya ni la partícula más recóndita
soporta la calidad de ser humana;

Si a pesar de todo,
los sueños que están muertos,
resucitan de vez en cuando
como zombies malignos
que inducen a la desesperación, al olvido;
que hacen pensar demasiado,
que hacen anhelar imposibles,
que guían a las lágrimas
hacia el centro del pecho y no hacia los ojos,
creando un dolor inmenso
difícil de soportar

Cada día más se debilitan las facultades,
se pierde la esperanza,
se hacen criminales las respuestas,
se hacen insoportables las preguntas;

No se encuentra la parte del arcoiris
que se perdió cuando me encarné,
no me acuerdo de nada
si es que algún día me dijeron algo
y tampoco me lo piensan decir ahora;
tengo que encontrar las piedras
y lo más difícil, el tesoro debajo de ellas:
¿cómo lo encuentro, si el camino es liso
y las piedras son traicioneras?

Quisiera volar lejos, reunirme con las aves
que vuelan hasta lo alto y conversan con el Sol;
o ser cual oasis en el desierto,
solitario y tranquilo,
lleno de paz y júbilo, porque es único,
porque sabe que su misión es alegrar al perdido
y algo más, que sólo él sabe…

Se quiere respirar un aire azul,
pero sólo huele a desperdicios
de amores gastados, de traiciones,
de hipocresía y de sosas amistades.
Se quiere ser un viajero,
pero falta la valentía necesaria,
las fuerzas necesarias,
lo necesario que es las ganas de vivir
para descubrir, para soportar,
para tener lo bueno también

Es hermoso saber que por lo menos,
durante el trance de escribir
puedo saber quien soy,
puedo saber a dónde voy,
puedo engañar por un momento al hada,
puedo por un momento anhelar vivir;
puedo creer en la música, en el arte,
en el misterio y en la esperanza púrpura,
en lo negro-azulado del paraíso
y en las estrellas que titilan a lo lejos
y me susurran desde su cielo
todo lo que quiero escuchar;
es bueno saber que por lo menos,
durante este trance perfecto,
soy dueña de mí misma y
la realidad me mira y pasa de largo,
mi ángel se me acerca y sonríe aliviado,
corre velozmente el agua por mi cuerpo
y por mi parte subjetiva,
como un Niágara de luz

Pero después de esto, ¡desdichada mi suerte!
Tengo que abrir el telón otra vez
y actuar a lado del hada, de los zombies,
de las lágrimas; a lado de lo incierto,
hasta que mi aliento se escape
de las garras oscuras
y me pida que escriba un cuento otra vez

La lluvia y el sol están jugando…



INDIGA

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