miércoles, 25 de marzo de 2009

Watchmen (Los vigilantes)

Debo reconocer que soy aficionada al cine. Entrar en una sala llena de gente desconocida, pero que no se interponen en mi fin, es algo agradable. A oscuras, con el sonido impecable, empiezo a ver las diferentes imágenes, que genialmente han sido traducidas para que mortales como yo las podamos apreciar...Watchmen...

Antes solía creer que los procesos naturales que los seres humanos utilizamos (comprender, analizar, sintetizar, etc.) eran suficientes para dar a conocer lo que llevamos dentro, pero no. Hay cosas tan difíciles de explicar y tan sombríamente encantadoras, que las simples palabras no bastan para describirlas y para proponer al mundo la amalgama de pensamientos que se tiene.

Una de las pocas cosas que puedo atinar a decir es que me encantó esta película. Más allá que sea de mi género preferido (ficción-fantasía-realidad), tiene muchos elementos que me deleitan y que dejan mi corazón más agrandado que nunca. No podría hablar de cada uno de los personajes de la historia, porque me quedaría filosofando eternamente y a sabiendas de esto tendría que dejar una conclusión y no quiero hacerlo, porque nada está escrito, todo cambia, y porque de alguna manera sería un poco injusto con las opiniones ajenas...

No esperes ver a los típicos superhéroes...Son personas mucho más encantadoras...

Walter (Rorschach), Edward (El Comediante), Daniel (Búho nocturno II), Jon (Dr. Manhattan), Adrian (Ozimandias), Laurel (Espectro de seda II) aparecen poco a poco, cada uno con su vida, pero inminentemente conectada la una con la otra. Luego de un ejemplar compendio de situaciones inolvidables para la humanidad, comienza la historia. Estuve muy distraida pensando en ello y tuve que cerrar las ojos fuertemente para entrar en el segundo capítulo de la historia que comenzaba.

No voy a contar nada de lo que pasó que pueda afectar el suspenso, pues mucha gente no ha visto esta gran película y detesto matar la magia...aunque a veces he tenido que hacerlo...

Sólo me queda decir, con un sabor agridulce en mi boca; que los paradigmas, los esquemas del bien el mal, de lo que está correcto o no, de la vida y de la muerte, de la risa o de la tristeza (me encanta cuando parafrasean la situación del Comediante con el famoso poema "Reír llorando" de Juan de Dios Peza, cuyo protagonista es Garrik); y de cómo esos esquemas con una sola acción pueden cambiar, volviendo al mundo un lugar completamente distinto e irreconocible.

No necesitamos creer en los milagros, porque los vemos cada día, y es esa forma de ver la existencia de la vida, lo que nos hace sentir especiales, sin necesidad de ser famosos, de ser geniales mentalmente o de ser perfectos espiritualmente.

Todo sucede por alguna razón, nada es casualidad. Somos los que tomamos la decisión, en un destino que es dependiente de nosotros, porque también nosotros somos dependientes de él.

Bromas, un negro-azul erotismo, sangre, acción, sicología profunda y desbordante, efectos especiales...todo eso es sólo una parte de lo que Watchmen muestra. Ya que a mi poco modesto parecer, el factor más importante es el toque hechizante que estas dos horas y media tienen para que cada uno encuentre el camino de regreso hasta la parte más oscura del pensamiento, hasta el rincón más sensible y temido del alma...